Babel o Caná

Babel fue una de las primeras comunidades humanas que quiso triunfar sin la bendición de Dios. "En vano se afanan los albañiles", dice el salmo, "si el señor no construye la casa" (Sal 127). La torre de Babel fue un fracaso: Hubo confusión entre ellos; tuvieron que separarse. Fracaso total es el que, tarde o temprano, se verá en los hogares en donde el señor es un "ausente". En donde se pretende construir un hogar a espaldas de Dios, o con una "religión" "hecha en casa", que es muy distinta de la ordenada por Dios.

Sara y Tobías se enfrentaban con terribles dificultades para poder formar un hogar dichoso. Lo primero que ellos hicieron, en la noche de bodas, fue ponerse de rodillas y comenzar a orar. Vencieron los obstáculos. La Biblia deja entrever que tuvieron un hogar feliz. En el salmo 128, se prometen ricas bendiciones para los hogares. Pero no para todos: sólo para los que ponen a Dios en el centro de sus vidas: "Feliz el hombre que teme al Señor", dice el Salmo. "Temer a Dios", en la Biblia, significa, no tenerle miedo sino "mucho amor". El mismo salmo dice: "Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa... Esta es la bendición del hombre que teme al Señor" (Salmo 128).

En el libro del Apocalipsis hay una de las imágenes más logradas acerca de lo que significa la bendición en un hogar. Se muestra a Jesús que toca una puerta y dice: "Mira, yo estoy llamando a la puerta: si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos" Ap 3, 20. Jesús mismo se "autoinvita" para "cenar" en nuestra casa, para llevarnos "su bendición". Solamente hay que abrirle la puerta. Muchos hogares todavía no han abierto su puerta a la bendición del Señor por medio de la oración en familia. Jesús quiere llevarles muchas bendiciones, pero ellos todavía no se han decidido a experimentar qué significa "cenar" en compañia de Jesús...

Cuando Zaqueo le abrió su puerta a Jesús, supo qué quería decir que Jesús cenara en su hogar. Jesús le dijo: "Zaqueo, hoy ha llegado la salvación a tu casa" Lc 19, 9. Muchos hogares todavía no han descubierto lo  que quiere decir que Jesús esté en medio de ellos. Lo que representa para una familia "ponerse de acuerdo en nombre de Jesús". El día que le abran su puerta a Jesús y se pongan de acuerdo para orar en su nombre, verán, con ojos atónitos, cómo el agua se puede convertir en vino.
 

La Virgen María en el hogar

Varios pasajes de la Biblia, con luz meridiana, muestran las grandes bendiciones que reportan los hogares que reciben a la Madre de Jesús. María va a visitar a su prima Santa Isabel. El Evangelio afirma que apenas Isabel escuchó la voz de la Virgen María, quedó llena del Espíritu Santo, y que su niño quedó santificado en el seno materno Cfr. Lc 1, 41. A donde va María cumple su ministerio especialísimo de llevar a Jesús, de mostrarlo a todos. Fue lo que hizo en el portal de Belén con los pastores y con los Magos de Oriente. En el hogar en donde está María, hay gozo, hay presencia del Espíritu Santo. Allí se cantan Magníficas de alabanza a Dios.

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