La Orden Sacerdotal

¿Cuál sería la reacción de los papás, si su hijo les dijera que desea ser sacerdote? Muchos padres se disgustan, procuran disuadir a su hijo de esa idea por todos los medios. Es señal de que no han comprendido lo que significa un sacerdote en el pueblo de Dios. Tampoco han comprendido que los hijos son de Dios; se los ha prestado durante algún tiempo, nada más. Dios tiene todo el derecho de llamar a su servicio para el sacerdocio a un hijo, o a la vida religiosa a una hija.

Cuando El Señor me llamó para servirle, había un compañero mío que también recibió el mismo llamado; sus padres se opusieron rotundamente. Se lo impidieron; decían que no querían "perder" a su hijo. Pasaron pocos años, y ese hijo tuvo que salir exiliado del país. Tuvo que imigrar a una nación muy lejana. Allí se quedó para siempre. Aquellos padres decían que iban a perder a su hijo, si lo entregaban a Dios. Lo perdieron de todos modos, pero no para que sirviera al Señor sino al Comunismo; precisamente por sus ideas comunistas, aquel joven tuvo que ir al exilio.

Ana se llamaba la pobre mujer que no había podido tener hijo. Dice la Biblia que aquella piadosa mujer se fue al Templo; con lágrimas le suplicó al Señor que le regalara un hijo; le prometió que ese hijo lo entregaría para el servicio del templo. El Señor le concedió su deseo. Aquella mujer cumplió su 'promesa'; su hijo llegó a ser el famoso profeta Samuel.

Dice el Señor: "Rueguen al dueño de la mies para que envíe operarios a sus mies" Mt 9, 38. Hacen falta muchos sacerdotes. Hacen falta también familias generosas que estén dispuestas a entregar a su hijo o a su hija para servicio del Señor. Las familias que han recibido el regalo de un hijo sacerdote, de una hija religiosa, son testigos de las muchísimas bendiciones que el Señor les ha concedido por medio de esos hijos llamados a su servicio.

Una familia auténticamente cristiana es el mejor seminario ---semillero--- para futuros sacerdotes que se dediquen a tiempo completo a difundir el reino de Dios. Pedro un día, le pregunto a Jesús: "Y a nosotros que lo hemos dejado todo por seguirte, ¿qué nos vas a dar?" Jesús les respondió: "Recibirán cien veces más" Mt 19, 29. Las familias que tienen el regalo de un sacerdote o de una hija religiosa pueden afirmar que la promesa de Jesús se ha cumplido con plenitud en ellos. Por supuesto, que "cien veces más", en lenguaje cristiano, no significa la lotería. Para un cristiano hay cosas más importantes que el dinero. Las familias que tienen algún hijo sacerdote o una hija
religiosa, al mismo tiempo que deben de agradecer sin cesar a Dios, deben también orar para que sus hijos perseveren como fieles servidores del Señor.

Publicar un comentario

0 Comentarios