Se les olvido platicar?

Durante el noviazgo la cuenta del telefono subia exageradamente; los novios platicaban largo y tendido, a toda hora. Las visitas a la casa de la novia se prolongaban hasta desesperar a  los parientes. Ahora, en cambio, la conversacion entre los esposos se caracteriza por desabridos monosilabos. Ya no se platica; se rehuye el dialogo. La television y el pediorico son un buen pretexto para ensimismarse en un silencio pesado y distanciador.

Si no se dialoga, si se grita; se ofende con palabras zahirientes. Se dicen "cosas" , que abren profundas heridas, que despues cuesta mucho cerrar. Todo esto mata el amor, porque el amor es comunicacion, compartir, dar y recibir. En muchos hogares como que se les olvido platicar, y eso es terrible. Vivir con alguien, durante muchos anos, y no saber platicar con esa persona, es algo que no puede recibir el nombre de matrimonio.


Las pequenas cosas

La etapa del noviazgo se caracteriza por la delicadeza. Cada uno de los novios procura ganarle al otro en inventiva; es una porfia romantica. El regalito el dia del cumpleanos, imposible que se pueda olvidar. Un piropo estudiado durante varias noches. Una refaccion en una sencilla cafeteria. Todo tiene su halo de poesia. Lastima que estas cosas, tan pequenas y bellas, se reservan en tiempo del noviazgo! Son cosas sencillas, pero que patentizan que hay una llama que esta ardiendo. El descuido de estas cosas simples es fatal. Tambien la polilla es diminuta, pero con facilidad destruye una enciclopedia. El no valorizar estas pequenas finuras va minando el matrimonio.

A las virgenes necias, de la parabola, se les apagaron sus lamparas porque descuidaron renovar el aceite. A los nuevos esposo, el dia de su boda, junto al altar, se les entrega la lampara radiante de su amor; pero no hay que olvidarse de renovar continuamente el aceite de las delicadezas de todos los dias, que es el aceite que impide que se apague la lampara.

El Corazon es alcancia
Nuestro corazon puede convertirse en alcancia en donde podemos guardar monedas de plata, de gratos  recuerdos y nobles sentimientos, o alfileres y botones de resentimientos. Muchos corazons, de esposas o esposos, estan saturados de resentimientos, de heridas recibidas de parte de su conyuge. Lo peor del caso es que "no se quiere olvidar". La persona como que tiene miedo de salir perdiendo, si olvida, si no esta sacando a relucir continuamente la herida que recibio. Esto hace que el corazon se vaya envenenando, y, entonces, adios amor; adios vida intima, adios matrimonio. El resentimiento es como leucemia: envenena la sangre, y la muerte del matrimonio es inevitable.

San Pablo acentua que no debe sorprendernos la noche con el rencor en el corazon. Sabia norma de los esposos deberia ser pedirse perdon con frecuencia. Sobre todo -lo mas dificil- saber perdonar a diario. Rogar a Dios que el corazon se conserve limpio de resentimientos, de odios. Entonces el corazon se convertira en alcancia que ira archivando las cosas bellas de la vida familiar, que le van dando sabor al hogar, al dialogo, al amor sincero.

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