La infidelidad

El famoso informe Kinsey hizo notar que la mitad de los hombres escuestados admitian que habian sido infieles, alguna vez, en su matrimonio. Tambien muchas mujeres aceptaron que habian sido infieles. Este impresionante "informe" es un reflejo de la sociedad erotizada en la que vivimos, en la que se da un valor absoluto al sexo. Los slogans de nuestros anuncios comerciales, los criterios que invaden nuestros ambientes familiares, la pornografia, que es el pan de cada dia, estan empujando a muchos matrimonios a la infidelidad. Algunos sicologos hasta la aconsejan, en determinadas circunstancias. Casi se diria que es un mal necesario.


Nuestro pueblo sencillo repite que "el diablo hace la olla, pero no sabe hacer la tapadera". Muy cierto. Se cree que todo esta escondido, que nadie sabe nada. De pronto, todo se llega a saber. Vienen, entonces, esos traumas tremendos en la esposa, en los hijos. Esos silencios pesados, esas desconfianzas entre esposo y esposa. Los hijos ven que su papa, su "idolo", se viene abajo del pedestal en que lo tenian. Con que autoridad viene ahora a exigirles moralidad, honradez?

Cuando Dios unio a los primeros seres humanos les ordeno ser "una sola carne". El Senor no entendio bendecir amorios, ni "sucursales" fuera del hogar. Claramente, el Senor les advirtio que si comian del "fruto prohibido", tendrian muerte. No se referia solo a la muerte fisica, sino tambien a la muerte del gozo, de la armonia.

La Biblia senala que podemos tener bendicion o maldicion (Cfr. Dt 11, 26). Cuando vamos por la senda del pecado, la bendicion de Dios no esta con nosotros. Todo lo contrario: llevamos desgracia a nuestro hogar, a nuestra vida y a la vida de nuestros hijos, de la esposa, del esposo. Hay momentos en que no se sabe, a ciencia cierta, que es lo que sucede en el hogar; hay un ambiente tenso, indeseable. Si se buceara en la conciencia de alguno del hogar, se podria detectar que hay pecado. Por eso la desgracia ha encontrado la puerta abierta para ingresar en casa, en la famila. Es posible que alguna famila este pasando por este mal momento: el adulterio se ha hecho presente con sus secuelas de desgracia. Es posible que alguna familia crea que todo esta perdido. El evangelio narra el caso de Jairo, que acudio a Jesus porque su hija estaba gravemente enferma. Cuando estuvo frente a Jesus, unos amigos llegaron corriendo y le dijeron: " Ya no molestes al Maestro; tu hija ya murio". Aquel padre se quedo frio. Jesus le dijo. " No temas; solamente ten fe" Mc 5, 36. Aquel hombre se atrevio a creer en las palabras del Senor. Jesus le resucito a su hija. Para el Senor no hay casos imposibles. Toda familia, que ha sido herida por "la infidelidad", debe acudir al Senor insistentemente en la oracion. Debe tener plena confianza que el Senor sigue resucitando muertos.

Deben acudir tambien a los medios humanos; es bueno consultar a algun consejero matrimonial, a algun sicologo; pero hay que cuidar que sean muy cristianos, pues, de otra suerte, pueden aconsejar algo que no esta en sintonia con nuestros principios evangelicos.

No quiere decir que porque en un hogar se haya introducido la infidelidad, ya no hay esperanzas. Son muchos los hogares, que con la ayuda de Dios y la buena voluntad de los de la familia, han sido restaurados. Han resucitado y han vuelto a vivir en plenitud.

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