La ayuda adecuada

A muchas mujeres, con ideas exaltadas acerca de la "liberacion femenina", les disgusta saber que San Pablo hable de "cabeza del hogar"; creen que es como un paso previo hacia una "esclavitud" domestica. Pero no es este el pensamiento de San Pablo.

El mismo San Pedro, que insiste en que se trate a las esposas con suma delicadeza, tambien aconseja a las esposas que se "sometan" a sus maridos. El verbo "someterse" no indica, en el contexto de la Biblia,que la mujer deba ser "alfonbra" para que el marido la pisotee. Lo que San Pedro quiere recalcar es el papel importante de la mujer en apoyo de su marido, que va adelante, en la linea de fuego, abriendo campo para su familia.


En nuestra sociedad, algunas veces, se ha estilado educar a la mujer para que sea una "muda alfombra" para el esposo. Este no es el  pensamiento de la Biblia: en la Santa Escritura la mujer es un bello regalo de Dios, la "ayuda adecuada" para su esposo. Lo mismo que el esposo es el inigualable regalo de Dios para la mujer. Ambos se complementan y se acompanan en el viaje hacia la eternidad.

Otra triste constatacion, en nuestro medio latinoamericano, es que debido a que el padre ha fallado, repetidas veces, como cabeza del hogar, la mujer ha debido tomar sobre sus hombros el pesado encargo de ser "padre y madre" a la vez en lo que repecta a la educacion de los hijos. Tal vez a esta situacion, las mujeres en  sus discusiones con el marido hacen alusion a "mis hijos" como que los hijos fueran solamente de ellas.

Cuando la esposa habla de "mis hijos", inconscientemente esta exteriorizando una cruda realidad: el esposo ha pasado a ocupar un "segundo plano" en su vida. A la luz de la sicologia y de la Escritura, el esposo debe preceder a los hijos. San Pablo en su carta a Tito, les aconseja a las ancianas que ensenen a las jovenes esposas a amar a "sus esposos y a sus hijos". Asi en ese orden, primero a los esposos y luego a los hijos. Esto hasta puede llegarse a sonar "algo raro" a algunas madres, que piensan que lo primero son sus hijos. Se olvidan que antes estuvo su marido y luego vinieron los hijos.

Estas situaciones anormales de nuestro ambiente casi no se enfrentan; mas bien se soslayan y se intenta aceptarlas pacificamente. Lo cierto es que cuando en un hogar se han trastocado los papeles, los hogares comienzan a convulsionarse.

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